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¡CUIDADO, LOS PATRONES DE COMPORTAMIENTO SE REPITEN!

¡CUIDADO, LOS PATRONES DE COMPORTAMIENTO SE REPITEN!

Por: Víctor Ríos Cubas, Ph.D

Observamos actitudes de muchas personas que tienen necesidades humanas y se encuentran en la búsqueda de satisfacerlas, sobre todo cuando se trata del alimento, la vestimenta, la vivienda, entre otros requerimientos básicos como las instalaciones básicas para vivir en condiciones. Es más, en la teoría de Abraham Maslow (pirámide de necesidades humanas) se podría advertir que se acható, por esta razón las personas dan prioridad al sustento básico.

Aún más, es una época en la cual las necesidades humanas postergan los deseos (apetencia por preferencia que no siempre cubre las necesidades), las personas pueden estar categorizadas en patrones de comportamientos, sin advertir que está ocurriendo; compartimos algunos de ellos que requieren analizar y meditar:

a). Están las personas que evidencian “motivación e identificación por el trabajo”; sin embargo, es ¿identificación? …, ¿motivación? …, o en realidad existe otra activación humana.

b). También se encuentran las personas que transgreden las normas de los demás y no advierten los límites de la convivencia social (esto ocurre dentro y fuera de casa). Y todo por la justificación que necesitan vivir apañan sus acciones en atribuciones negativas hacia el prójimo.

c). Se suman aquellas personas que se victimizan y buscan el oportunismo para tomar la mejor partida de toda la situación para figurar, acumular poder, o simplemente utilizar el beneficio económico ajeno.  

d). Están aquellas personas que buscan el bienestar de los demás sin propagandas ni buscan reconocimientos, los cuales son pocos en nuestra cultura y sociedad, porque pueden ser catalogados como utópicos, exagerados, moralistas y alejados de la realidad.

No obstante, nos concentramos en aquellas personas que son denominadas psedolíderes; los cuales, en el afán del altruísmo exacerbado y la solidaridad mal interpretada toman posición de expertos y benévolos.  Estas personas son las más dañinas porque quiebran la convivencia adecuada que merece toda persona que sabe respetar los derechos de los demás.

Entonces es momento que nos quedemos con algunos interrogantes a responder en el día a día:  ¿En qué grupo me categorizan, o me categorizo?, ¿Qué posición ocupo en la cancha de la convivencia social?…, ¿Qué habilidades necesito incrementar o mejorar? ¿Mis necesidades humanas pueden aniquilar la libertad de vivir y elegir de otras personas?

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